La eliminación de hojas, frutas y flores de las plantas debería realizarse de forma cuidadosa dado que numerosas enfermedades pueden propagarse mediante el contacto con las plantas. Se recomienda que los trabajadores agrícolas empiecen a trabajar en las zonas del cultivo que menos enfermedades presenten y que sigan hacia zonas posiblemente afectadas, limitando así la propagación de las enfermedades hacia zonas no afectadas.
Por este mismo motivo, siempre habría que trabajar en un invernadero o campo infestado al final del día en vez de al principio. Los patógenos pueden adherirse a las manos, las herramientas y la ropa propagando de esta forma la enfermedad. Si esto resulta imposible, deben utilizarse guantes, trajes y calzas desechables para cada zona.
Una de las maneras más eficaces de reducir la contaminación de enfermedades de un cultivo a otro es limpiando y desinfectando las estructuras entre las plantaciones. Para una limpieza eficiente:
- debe eliminarse toda la materia biológica (plantas, tierra, algas, etc.)
- debe descalcificarse y aclararse todos los conductos y mangueras de agua con sustancias químicas adecuadas para eliminar los patógenos
- todas las superficies deben limpiarse y enjuagarse con desinfectantes.